lunes, 2 de diciembre de 2013

Por las trabas a la importación, peligran fábricas de ascensores

Al no poder ingresar sus insumos básicos, las empresas suspenden personal
Por   | LA NACION

Hace apenas dos años estaban encantados con el modelo, pero ahora descubrieron de la peor manera que la misma política económica que los impulsó en su momento hoy les impide producir y los pone al borde del colapso: los empresarios de la industria local de ascensores están desesperados porque se les impide importar los insumos básicos para su producción.
Como sucede con gran parte de la industria nacional, los fabricantes de ascensores dependen de piezas y tecnologías importadas para poder armar su producto, por lo que el cepo a la importación le asesta un duro golpe a su negocio, que incluye además la instalación y el mantenimiento.
"De fabricar e instalar 4500 ascensores por año en 2011, vamos camino este año a instalar menos de 3000, siempre y cuando se destrabe la situación que nos impide entrar las piezas indispensables", dice Andrés Pozzo, presidente de la Federación de Asociaciones y Cámaras de Ascensores (Facara). Según comenta, hay un desabastecimiento muy importante en el sector, dentro de un contexto general en el que importar se ha convertido en una misión imposible.
"En nuestro sector está trabado 100% el ingreso de guías de ascensor, variadores de frecuencia (para los tableros de maniobra), componentes básicos de electrónica y centrales hidráulicas", detalla Pozzo. "Además, no entra cobre ni silicio que se usa para el armado de motores", agrega.
La gravedad varía según la especialidad de cada fábrica, pero, por ejemplo, las que se dedican a instalación están totalmente detenidas por la falta de guías. Lo mismo les sucede a las que tienen faltantes de componentes básicos de electrónica.
Un empresario del sector fabricante de ascensores, que tiene una empresa familiar en la zona sur de Buenos Aires, pionera en el rubro, con más de 40 años de actividad, está desesperado. "Faltan componentes primarios sin los que no se puede producir, lo que genera, como mínimo, suspensión de actividades y personal", se lamenta el hombre.
Otro empresario del rubro, que pidió reserva de su nombre, explica que el riesgo que se corre es que, ante la falta de ciertos elementos, las empresas no podrán dar trabajo a su personal. "Pero lo más grave -advierte- es que sin ascensor tampoco se podrán terminar los edificios y quedará parado el mercado de la construcción, otra gran fuente de empleo."
Como la mayoría de los industriales del sector, estos dos empresarios no quieren ser mencionados por temor a represalias. Otros directamente se niegan a hablar, con el argumento de que están en tratativas para que se les autorice a importar aunque sea una parte de sus insumos y temen que, si hablan sobre el tema, desde el Gobierno se endurezca aún más su postura y se den por terminadas las negociaciones.
La Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra) está en gestiones para destrabar la situación. Hace dos semanas se reunieron con Guillermo Moreno, entonces secretario de Comercio Interior, el presidente de Admira, Gerardo Venutolo; el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, y el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Osvaldo Cornide. Pero ahora que Moreno no está más en su cargo, reina aún más la incertidumbre.
El sector está a la expectativa y toma como válidas las gestiones, pero hasta ahora no hubo respuestas positivas. "No hay ninguna DJAI [Declaración Jurada Anticipada de Importación] aprobada al día de hoy. Lo que principalmente se reclama es que permitan el ingreso de guías, que es lo que más nos perjudica, porque no se fabrican acá y, si no entran, el ascensor no se instala", explica Pozzo.
El empresario de la zona sur de Buenos Aires dice que una solución posible es generar un acuerdo de cupos para que entren, por lo menos, los productos básicos hasta que la situación se corrija. Según los vendedores, en muchos casos las ventas se hacen condicionales. Se acuerda la operación, pero no se precisa una fecha de entrega, porque no se sabe cuándo se va a resolver este problema.
Mientras, penden de un hilo 1500 empresas que tienen 15.000 empleados directos, cuyas tareas incluyen producción, instalación y conservación. Ocurre que 85% de la fabricación de ascensores en el país está en manos de pymes nacionales. "En fabricación, hay suspensiones de hasta 30% de personal", precisó Pozzo.
Desde diciembre de 2011, la obligación de compensar las importaciones con exportaciones ya había empezado a complicarles un poco la ecuación a las empresas del sector, que tuvieron que empezar a exportar arroz, maní o mosto; pero la actual imposibilidad de ingresar sus insumos las hiere de muerte.